Confusión...
-Hey,
chico, ¿eres ese maricón ávido del que hablan todos los carajos
por aquí, que deja seco a todos los tíos con la boca y el culo? Te esperaba. Ando bien caliente.
-Si,
señor... -jadea rápidamente el chico que tan sólo cortaba camino
por ahí para llegar a la casa de su abuelita. No sabe quién es el
maricón ese, pero lo siente por él, se dice casi babeando al caer
arrodillado.
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