ELSO
-No
jueguen, cabrones; saben lo que papi necesita.. y saben cuánto
quieren enterrársela todos ustedes. Olviden por un segundo que soy
el entrenador y trátenme como a una de sus perras.
Lo
experimentó una vez, sólo sería cosa de una vez y ya, con una de
esas pantaleticas metidas en su culo, la barra de su mejor amigo
también, y ahora no puede pensar o desear otra cosa.
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