ESPERA
Era
su truco en el subterráneo, en la fila del banco, dándole un dato a
su jefe, hablando con ese a quien desea venderle un seguro en los
vestuarios: recostarlo y dejar que la consistencia y el calor hagan
su magia. Una que funcionaba: hacía que los coños de los tíos se
mojaran.
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