domingo, 30 de junio de 2019

EL GUSTO A LOS CARAMELOS

SEGURIDADES
   Con algunos chicos nunca falla...
   Gimotea incapaz de controlarse mientras el hombre sonríe. La combinación de dulce y salado terminaba siempre enloqueciendo a los muchachos. Mientras le deja lamer la chupeta de dulce, luego la de carne (en la cual nota que se tarde más, entre ronroneos, especialmente cuando se la embadurna con el caramelo), sabe que el goloso chico ya está montado en la olla. Algo había, una relación que no se podía explicar ni le importaba mientras funcionara, entre chupar, el lamer esas golosinas (de azúcar y de sexo), que les daba calor y debían desnudarse, que les agitaba el chiquito entre sus glúteos, por muy inocentes y virginales que fueran. A esos culitos como que les daba hambre... y un hombre tenía que alimentarlos también. 

ATRAPADO

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