Para
trabajar en un rancho...
Heredando
la propiedad de manos de su padre, recientemente retirado de los
negocios, no sólo toma posesión de la casona, los establos, el
ganado, de los caballos y la nómina de trabajadores. También del
culo de los de “confianza” de su padre, con quienes cabalgaba en
el más brioso de los corceles, con este adelante, el pantalón bajo,
ordeñándosela. Y si, ya quiere comprobar si lo que cuenta su papá
sobre lo que se siente cuando el caballo va al trote, y ese agujero
moliéndotelo, es cierto... Aunque viendo la dotación no le cuesta
creerlo.
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