CADENA
“Ni
te imaginas como me relaja sentir tus fuertes manos masajeándome,
¿pero no te aburre?”, pregunta el catire. “No, podría estar
tocándote el culo por horas... Digo, dándote el masaje”. El
catire ríe, alzando el trasero para que le baje el calzoncillo: “Y
yo dejándome”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario