miércoles, 6 de noviembre de 2019

VIENDO PORNO

¿CELOS O ENVIDIA?
   Alguien siempre mira, toca... y todos joden.
 
   ¿Muchachos que se encierran juntos a ver porno de tías buenorras y gritonas? Eso es emocionante, sea en el bachillerato, con los amiguitos de la cuadra o los de la universidad. Ver a esas mujeres que chillan como si les gustara mucho aquello, ponerse duro y tocarse... Y ver a los otros igual, abultados y sobándose. Nunca falta el gruñido de uno: “¿Qué miras? ¿Esto?”, y aparta la mano; “¿te gusta?, toca”. Hay risas, pitos, chillidos, el otro u otros canturreando “toca”, “toca”. Y toca, elevando la temperatura; esas trancas se ponen como más duras bajo su mano mientras le señalan jugando “miren al marica este”, pero excitados. ¿Lo más inocente que puede pasar, señores padres?, que los masturbe. ¿Más complicado?, que alguien le atrape la nuca y le hale hacia la cabecita de su verga, él resistiéndose pero acercándose como fascinado y pegándole los labios con un jadeo. Y si lo hace una vez, debe repetir. Y si se lo hace a uno los otros también quieren. Y con lo impaciente que son los chicos, si está ocupado chupando con ganas, ¿acaso no tiene otro agujerito entre las nalgas?

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