El
encierro, el ser apartados de sus seres queridos causa tensiones,
problemas de intimidad, el urgente deseo de conectar así sea de
manera irregular para continuar sintiéndose humanos. Se podría
resistir, soñar con lo perdido en mil auto sobadas solitarias, o
atreverse al fin a probar algo nuevo... apretado, caliente, sucio y
rudo. Y se toca, porque no aguanta, y que le mire el lindo vigilante
que redobla su guardia porque necesita plata ya que su mujer va a
parir otra vez (ya le contaron), lo hace todo más perverso y
excitante. Son jóvenes, la sangre hierve... y llena barras hasta
ponerlas duras, pulsantes y jugosas. Basta una seña y entra. Y
cuando estas están bien duras y más necesitadas, hay que encontrar
en quienes usarlas... y si son un dos pa' dos todo queda cantado, o
chillado como putas baratas cuando estos cabalgan emocionados sobre
sus trancas. Bien, serían treinta días más, tal vez la cosa se
pudiera soportar. Es la realidad de la prisión, algo que hay que
entender, donde tres de ellos apenas entraron ese mismo día y el
vigilante estaba comenzando su guardia de cuarenta y ocho horas. Pero
si hay ganas, quién juzga...
En
este fetichista y caliente video de MEN.com aparecen dos monstruos
del porno gay, cosa que se les nota, ¿eh? Christian Wilde, con esa
carita, y Cliff Jensen con ese gesto de ratón. Fuera de que los
otros se ven bien actuando también.
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