No
sabe qué esperas o deseas, pero se vistió para ti y viene a tomar
lo que quiere. Y será rudo. Te abrazará, besará y lamerá como le
apetezca. Te hará gritar de lujuria y locura quieras o no. Y
comenzará cuando, de rodillas, agradecido y humilde, le quites la
tanga con los dientes...
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