miércoles, 27 de marzo de 2019

TWEE

EEN
   Cuando un amigo anda triste e insatisfecho con su vida, relaciones o trabajo, tiene lo que requieren para despejarse un rato: dónde meter la cara y lamer hasta enloquecer...
   -No, no lo hablamos, nos ahorramos esa engorrosa parte, no hace falta. Su mujer sale, yo entro, así, él cae de rodillas y alivia las tensiones de su día.
   Sonríe ante las miradas hipnotizadas de los chicos blancos, no necesita llamarles ni decirles que quiere follar, ellos lo saben con ese instinto de perras que el sexo les despierta.
   Cuando se chilla como si se muere, de puro gusto, estallando en leches sin siquiera moverse, es difícil que se sienta verguenza cuando espera, o cuando a él le apetece.. 

DRIE

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