VAYA GENIO...
Esos
eran reales perdidos, pensaba el carajo llevado por la novia, con la
boca ligeramente abierta mirando al gurú, quien hablaba de apreciar
la naturaleza y relajarse, cuando el grupo no podían ver otra cosa
que no fuera ese cuerpo y la trusa, y las carnes se ponían algo
duras...
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