-Hey,
marine, no, no alucinas, soy el duende de los deseos calientes en el
desierto. Abre esa boca y acércala, del culo me encargo de abrírtelo
yo. Vamos, es el momento justo, estarás corriéndote y delirando
justo para cuando regresen tus camaradas para que te encuentren.
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