jueves, 11 de abril de 2019

USA, BOLIVIA Y LA LUNA

UN DIA MIERCOLES DE CENIZAS

   Curiosas notas...

   Me causó extrañeza encontrar una nota de prensa donde indicaban que más de la mitad de los norteamericanos culpa a Donald Trump de haber exacerbado el problema racial en su país, agravando el problema de las minorías al permitir el libre actuar de los grupos de supremacía blanca y el “cerco” a los inmigrantes. El sujeto es intolerante, enarboló banderas contras las que luchó Abraham Lincoln mismo, casi es un desagradable anacronismo, pero esa no es noticia nueva. Ya se había mostrado así, en toda su fealdad, antes de llegar a la presidencia de Estados Unidos. Al hablar feo sobre las inmigraciones que no le gustan, los musulmanes por aquello del terrorismo, y los latinos porque dizque llevan violencia y drogas a su tierra, mostraba su manera simplona de ver la vida. El problema es que no era el único, mucha gente era y es así de simplona, claro, sin el agravante que sean presidentes de la nación más poderosa de la Tierra, pero eso precisamente fue lo que le permitió llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, con todo y eso, nunca le he considerado racista, sexista u homofóbico. El carajo manejó medios de comunicación, era cercano al mundo de la farándula y los negocios, lo que explica su “mano suave” con los judíos, por ejemplo (a quienes los simplistas les tienen un miedo espantoso). ¿Odia a negros, árabes o latinos en lo particular? No lo creo, no como un asunto personal, seguramente le parece que lo mejor para él y todos es que se queden donde están, o que a su país no lleguen. Tan simple como eso. Claro, tal postura hace que sus acciones se interpreten como un permiso de corso para que se haga cualquier barbaridad. Particularmente me parece que más racistas fueron los latinos que votaron por él sabiendo que iría contra los latinos que pretendieran entrar en el futuro. Eso sí que agravaron un problema que ya existía. Aunque no fueron los únicos. Siempre es peligroso personalizar las eras como algo de un individuo y no un asunto grupal.
   Evo Morales, presidente de Bolivia, de visita en Turquía, anunció que abrirá
una embajada en ese país. Y la verdad es que no puedo mirarlo con más desconfianza. Lo hace después de más de una década en el poder, cuando ya el sol de la historia le da en las espaldas como al Socialismo del Siglo XXI (que se parece mucho al despótico zarismo de hace trescientos años), ¿por qué ahora? El régimen en Venezuela estrechó lazos con Turquía justo cuando se le investigaba en el mundo entero las fabulosas fortunas levantadas a las sombras de la corrupción administrativa, estos ladrones se lo robaron todo y ahora no hay ni con qué pagarle barcos llenos de alimentos a chinos, rusos o turcos, y las levantadas a fuerza del tráfico de coca. Jerarcas bien atrincherados aquí en la casa del partido, que ni con humo de trapo quieren salir, se refugiaron en lo que esperan sea uno de los últimos paraísos fiscales que les garantice que podrán esconder lo mal habido sin que se les hagan preguntas incómodas cómo de dónde sacó esa plata gente que ni trabaja ni oficio conocido tiene. Es público y notoria la vigilancia que se les tiene, aunque Nicolás Maduro Moros sostiene que son habladurías de gente mala, que sólo se estrechan lazos con otra nación que, bueno, es cierto no pregunta nada sobre plata robada, ¿pero ni que se hablara de oro nazi, verdad? Bien, ahora, cuando a Evo Morales comienzan a repicarle las campanas anunciándole que ha terminado su tiempo, viendo a madame K enredada en Argentina por ladrona, a don Lula y a Doña Dilma con una para tras las rejas en Brasil, a Rafaelito Correa escapando de manera vergonzosa de Ecuador, ¿se estará procurando una cueva donde meter lo suyo sin que le pregunten, sin que lo denuncien y que esté todo bien seguro y a la mano a la voz de “ábrete sésamo”? Seguro pecamos de mal pensados. Que perteneciera a la banda esa no quiere decir que sea igual, ¿no?
   The National Geographic le anuncia a todo el que tenga un telescopio más o menos funcional para ver el cielo, no sólo a los vecinos, amén de a los astrónomos de verdad y a los reales aficionados a la ciencia, que este mes de abril será rico en acontecimientos cósmicos en el vecindario. Para el 15 de abril, se acercaran en el cielo dos de los objetos más coloridos, el rojo planeta Marte y una estrella de color naranja, Aldebarán, la más notable de la constelación de Tauro. Salvando las distancias, parecerán estar muy cerca, y quedará planteado el asunto: ¿cuál brilla más, cuál es más rojo? Anuncian que para el 23, la Luna, en menguante, se acercará (opticamente, se entiende), a Júpiter, uno de los planetas más brillante de nuestra vecindad, viéndose casi pegaditos. Pero también será posible ver a Saturno, con sus anillos, cerca de nuestro satélite la madrugada del 25; la Luna cubrirá el planeta por unos minutos y cuando este emerja se espera que los anillos brillen en toda su gloria. Los astrónomos juran que será algo hermoso, aunque a los anillos de Saturno no les hace falta mucho para que se vean increíbles. Pero ocurrirán otras cosas este mes, el 16 la Luna estará más cerca de la Tierra, el perigeo, el 28 estará en su apogeo, su distancia más apartada. Habrá lluvia de meteoritos, pero no por aquí, cruzaran entre las constelaciones de Hércules y Lyra, así que eso quedará para otro tipo de astrónomos, aunque aseguran, también, que será hermoso. Lamentablemente en Venezuela, cada vez que hay un eclipse o algo así, llueve o está nublado. Es una fija. Qué suerte, carajo. 

VAYA SEMANA SANTA

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