ACEPTACION
“Oh,
Dios”, jadea la mujer asomandose a la piscina de las residencias,
“pero ¿qué hace mi marido?”. “Se le monta en la verga al
mío”, gruñe su vecina y amiga, molesta; “con lo putos que son
esos dos no me extrañaría que llevaran tiempo en esas”.
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