BOTON
Una
lengua hábil era una bendición...
-Ahhh,
hummm... eres un cerdo. ¡Eres un maldito cerdooooo...! -gimotea
estremeciéndose mientras repta, frota, lame y se lo penetra.
-Silencio,
perra. -es la réplica alegre entre amigos, bañándole con el
aliento.- A estas alturas deberías entender que ya estás montado en
la olla. Abre ese coño, aflójalo, esto que sientes y que te tiene
temblando, todo mojando, es nada comparado a lo que experimentarás
cuando tome tu cereza... -y antes de que el otro diga o haga algo,
clava nuevamente la lengua.
-Hummm...
-le oye gemir y tensarse, atrapándosela con el agujero.
Si,
ya no podía seguir sosteniendo, creiblemente al menos, que era todo
un macho hétero; aunque, bien... ¿una lengua en el culo? ¿Quién
soportaba eso?
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