jueves, 2 de mayo de 2019

JUEGO DE TRONOS 3X8, VAYA PUESTA EN ESCENA

ADIOS, DYLAN MCKAY
   Definitivamente lo mejor, y sin embargo...

   Si pudiera definirse este tercer episodio en la temporada final (quedan tres y ahora parece como mucho tiempo), sería con dos ideas contrapuestas, porque contrapuestos son nuestros sentimientos (¿odiamos una maravilla, amamos una basura?): una espectacular puesta en escena, una dirección digna del cine, y una pobreza extrema del libreto. Pero algo bárbaro.

   Fuera del detalle de la oscuridad que hacía difícil ver la acción, un recurso para ahorrar dinero dicen unos, otros que para ayudar a elevar esa sensación de ahogo, de peligro y temor (¡y vaya lo lograron!), todo el primer acto fue bueno. Todos esperando, sabiéndose acechados por la muerte. Dispuestos frente a las puertas de Winterfell, los aguerridos dothrakis, los estoicos y letales inmaculados, los norteños y los hombres libres, con un paneo de rostros impresionantes, desde Podrick a Gentry, todos ahí, hombro con hombro bajo la dirección de una mujer formidable. La llegada de la Bruja Roja fue extraña, como la promesa de su muerte al encontrar a Sir Davos, quien se la tiene jurada desde hace rato. Ayudó, y mucho, y revivió en su momento a Jon, y parece que hacía las cosas porque en realidad pensaba que era su deber, pero la muerte de aquella niña todavía pica.

   No se puede negar que cuando enciende las armas de los dothrakis se sentía un aire de victoria, de gesta heroica y épica, que cabalgarían a la gloria, venciendo; esos feroces guerreros de espadas flameantes enfrentándose a la oscuridad. Me hizo ilusionarme recordando aquella vieja comiquita, Tristón, quien con la espada de fuego del Olimpo podía vencer a sus terribles enemigos. Y ocurre una escena que es todo magistral en su puesta en escena, visto desde arriba ese gigantesco ejército de armas llameantes parte a la batalla, con el lobo a un lado de Sir Jorah. Se veían invencibles... y le vemos alejarse de los límites de la luz, entrando en la oscuridad, se oyen gritos y las luces van apagándose. Fue, realmente, algo sobrecogedor.

   ¿Se desperdició a los dothrakis?, ¿la Khaleesi les había prometido la gloria al marchar tras ella contra los hombres de trajes de hierro y casas de piedra y ahora morían en el frío y la nieve? Puede ser, pero el impacto visual y emotivo al espectador fue increíble, casi valía la pena, aunque doliera. Y si, ella les prometió gloria, conquistas y pillajes como a vikingos de la arena, pero es que no sabían de ese enemigo peor acechando en las sombras, uno que no quería reinar sobre los hombres sino destruirlos. Desaparece la caballería, regresan pocos hombres y algunos caballos que se veían asustados, en serio, no sé cómo lo hicieron. ¿Ver a Gusano Gris mirando aquellas luces apagándose, colocándose su casco y llamando a los inmaculados a luchar?, quedó impactante, todos sentíamos el peso que él sabía ahora cargaba. ¿Y cuándo el miedo corre entre las filas de los hombres y lady Brienne llama a mantenerse firmes? ¿Y Arya lanzando flechas? ¿Y el valor de la guardia de las islas de hierro?, ¿la última carga de un redimido Theon, como único hombre de pie, corriendo contra el Rey de la Noche? Su caída fue sentida.

   Me gustó esa sensación asfixiante que lograron transmitir, como en La Batalla de los Bastardos, mostrar que vez tras vez parecen ir siendo derrotados (¡y lo eran!), que luchaban con valor, todos dando bastante de sí, siendo insuficiente sin embargo. Ver caer una a una las defensas fue intenso. Me encantó la escena donde el Perro lucha y cae, y Arya lo salva, y eso como que le da nuevos bríos. Fue una escena angustiosa cuando las defensas internas caen y penetran los muertos. Fue doloroso ver la muerte de la pequeña osa, Lady Mormont, demostrando que, efectivamente, cada guerrero de su casa valía por diez de otras; moría, aplastada, matando a un gigante. Dios, cómo dolió. La escena casi final cuando ya llevan rato peleando, resistiendo contra todo pronóstico, y llega ese momento cuando el Rey de la Noche revive nuevamente a todos los muertos dio ganas de jadear. ¿Imaginan mayor desesperación y angustia para cansados guerreros que ver que todo comienza de nuevo, pero con ellos reducidos en números y agotados? Si, fue una magistral puesta en escena por momentos.

   Pero, ya para este entonces, la historia pierde completamente el sentido. ¿No sé si han escuchado la expresión cuando en una serie o película un protagonista se ve amenazado pero nada pasa, que alguien dice ni que fuera Juego de Tronos, donde cualquiera puede caer? Pues, ni Juego de Tronos es ya Juego de Tronos. Hay que olvidar la masacre de la boda roja, la sorpresa de ver caer a Joffrey envenenado o el efectivo ataque terrorista de Cersei contra sus enemigos religiosos y políticos que intentaban enjuiciarla. Eso era caída y mesa limpia. Ya no.

   No es que no mataran a nadie de importancia, porque los hubo, gente a la que se quería y seguía, pero se salvó de manera holliwulesca a los protagonistas principales. Se les ponía en peligro y eran salvados en el último momento, generalmente por alguien que perdía su vida. Una y otra vez. Ya más allá de la mitad del episodio sospechábamos que no caería nadie de la primera línea de defensa por detrás de los inmaculados, aunque estuvieron muchas veces rodeados, o caídos y fuera imposible que se salvaran. A veces la toma los dejaba en la lona y al regresar con ellos todo había pasado sin que nos mostraran cómo. ¿Recuerdan aquella pelea larga, dura, desesperante entre lady Brienne y el Perro?, la vimos vencer después de todo el trabajo del mundo, de una manera realista; ese sentido de determinación no se guardó en esta batalla. Había un peligro, serio, pero a los protagonistas no se le mataría, eso nos quedó claro. Ni allí ni en la cripta.

   ¿Arya matando al Rey de la Noche?, me gustó como dato, un hecho, ella es maravillosa; pero no me gustó el cómo ocurrió. Desde la primera escena de la primera temporada era este sujeto el gran peligro, el invierno marchando hacia la tierra de los hombres. El enemigo, el Coco, el miedo que quiere apagar todas las luces, con poderes intensos, especialmente revivir a los muertos... ¿y todo acaba así, en un minuto? ¿Era ese el gran enemigo? ¿Llega frente a Bran y no hay una discusión previa de quiénes son y qué pretenden? ¿Ni siquiera una justificación tipo Thanos borrando la mitad de los habitantes del universo?

   Seguramente en los libros si aparece todo esto, y no es algo chapucero como este encuentro, ¿pero no pudieron idear algo mejor? ¿Al menos intentar pensar en razones o justificaciones para sus existencias? Bran hizo un viaje largo al norte, toda una experiencia de amor y dolor donde murió mucha gente, ¿para qué lo hizo?, ¿únicamente para saber que Jon es hijo de reyes? ¿Nada más? Les juro que cuando le escuché una vez decir que volaría, imaginé que tomaría parte de la batalla controlando un dragón o algo, pero nada. Toda la parte mística de la trama quedó en nada. ¿En dos años no pudieron imaginar algo al estilo del escritor y darle una argumentación menos lineal, simplona y ramplona?

   Y la muerte misma del ser más peligroso del mundo, del Gran Satán, se resuelve de manera patética, casi apresuradamente como si hubieran visto en reloj y se dieran cuenta que el tiempo se acabó. No sé cómo explicar lo que pienso, ¿recuerdan cuando Uma Thurman se enfrentó en Kill Bill a Lucy Liu primero, y a Daryl Hannah después, quien era toda una maldita, y con quien fue aún más cruel dejándola viva pero ciega en medio de una pocilga donde amenazaba una peligrosísima serpiente, emocionandonos, haciéndonos sudar, y que luego va y se enfrenta al propio Bill y vemos la chafez del golpe al pecho? Algo así siento con este enemigo destruido de aquella manera. No esperaba la batalla de Goku contra Freezer en Namekusei, días y días, pero caramba...

   Y Jon no hizo un carajo, como no fuera correr al final hacia Bran, teniendo que hacer ojos ciegos a los amigos en peligro, porque allí se daría la batalla final... y no llega. Claro, enfrenta al dragón malvado... al que tampoco mata. De hecho lo único que hizo fue correr hacia el Rey de la Noche, mientras veía a los muertos abrir los ojos, y dejarse atrapar en un círculo del que tuvo que ir a salvarle Danerys, cometiendo ella la segunda acción más tonta de la noche. En lugar de elevarse con el dragón se queda mirándole el trasero a Jon mientras se aleja y los muertos se le suben al animal, derribándola. Sir Jorah viene al rescate, cuan Hollywood, sin que nos quede claro dónde estaba (había que salvarla a toda costa, ni que esto fuera Juego de Tronos), protagonizando una buena escena, donde ella también lucha, pero al final cae, una vez que ella está a salvo gracias a Arya. Su muerte fue dolorosa, como la de Theon y la de la pequeña osa, pero en este caso queda la sensación desagradable de que ocurre por la estupidez de otros.

   Al final, se levantan todos, o casi todos, nadie “importante” murió. Queda la batalla final, por la corona, y la verdad es que fuera de ver la muerte de Cersei, no espero mucho más. Ni siquiera quién se sentará finalmente en el trono (y cuidado si no termina siendo Sansa). 

JUEGO DE TRONOS 4X6; DULCE Y MUY AMARGO

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