¿Recuerdan
cuando sus padres les decían que tuvieran cuidado con los extraños
y que ni se les ocurriera subir a sus carros? A este chico tambien se
lo dijeron, porque una madre, y a veces un padre también, sabe de
los peligros a los que este se expone... si en el fondo tiene algo de
puto como le sospecha. El vecino que le acecha por la ventana lo
notó, de cuando se tropezaron en la calle. Le vio esa vez y le bastó
para adivinarle culialegre, aunque este ni lo supiera. Intercambiaron
saludos nada más, pero le olió, lo puto, tambien lo ugido que
estaba por reprimido. El chico no le engañaba ni porque se paseara
por allí del brazo de su bella y joven esposa. Le vio partir en
bicicleta, le siguió, la lluvia le hizo sonreír porque era la
oportunidad de recogerlo; tal como quería, recogerlo bastante. En
cuanto este subió y compartieron cabina, el intercambio de olores lo
decidió, el de un macho cabrío caliente y un puto de ardiente
vaginas todavía virgen pero con ganas de estrenar. El chico
descubrirá el placer de tocar, chupar y cabalgar sobre un hombre a
un lado de la carretera, ¿podía haber algo más romántico y
especial?
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