Curioso,
sí, pero no bruto...
Un
amigo subió esta imagen a su página facebook, tomándola de otra,
claro está, y no pude menos que reír. Y de estar de acuerdo con él,
quien alegaba que no le extrañaba que le taparan las orejas al gato
para que no escuchara; que, siendo tan listos, era difícil
engañarles con cuentos de camino. En este caso con la fábula del
socialismo. O comunismo en esa época. Es notable esa vieja y
nostálgica añoranza por una era y un credo ya ido... pero sentido
por aquellos que no lo padecieron, como si los países de la Europa
del este o de las naciones al ladito, como los bálticos, los
balcánicos y las repúblicas dentro de la unión, que en cuanto los
rusos se debilitaron echaron a correr para salirse de esa vaina
abrazando las maneras de occidente. Es que a la gente le gusta
demasiado comer, ese siempre ha sido el problema con estos sistemas.
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