ПЕРША
Le
encantaba cuando gemían “papi, papi”...
El
carajo era una joya, tenía a la mujer viviendo en aquel inmundo
cerro y en cuanto esta se iba para su segundo trabajo metía carajos
de la zona y los follaba parejo. Toda la tarde, todas las tardes. Ya
tenía su harén. Los vecinos los veían llegar, rojos de cara,
avergonzados, pero esperando en la puerta donde les dejaba para que
todos supieran a qué iban y qué les haría. Una vez adentro pronto
estaban sobre la cama matrimonial, desnudos a excepción del hilo
dental, depilados y excitados. Allí se siente complacido; si, la
vida tenía sus buenos momentos. Mientras estuvieran esos tragones
que se nutrían de su esperma por bocas y culos estaba contento.
Sonríe recordando cómo más de uno, al principio, le creyó loco
cuando les dijo “ponte esta pantaleta de Mireya para joderte el
culo”; alegando que ellos no harían esas cochinadas. Todo para
terminar gimiendo como le gusta escucharlos, con voces mórbida
mientras les pide que aprieten con sus conchas. Este chico tenía
futuro, y una ventaja adicional, recién llegado de los andes, a
pasar un tiempo buscando trabajo en Caracas, el cuñado sería “la
otra”, allí, en la misma casa.
Esto
se espera del porno, una buena puesta en escena, pero también
participar de lo que sienten y piensan expresado en palabras. Unas
bien ramplonas y calientes. Y en castellano.
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