De
príncipes... y princesas.
Oyéndole
gemir todo roto, sonríe sabiendo que lo está logrando, que al
primito ya le estaba gustando. Bien, no había tío que no
descubriera lo putito que era montado sobre su verga. Por eso sonríe,
siempre era satisfactorio cuando se concretaba un propósito, como
orientar al musculoso primo hacia su verdadera naturaleza sexual... o
la que quiere que tenga para satisfacerse. Pasar esos meses en casa
de los tíos no sería tan aburrido como temiera al principio.
...
Quienes
me han leído antes saben que siempre he considerado que una buena
cinta porno debe contar con atractivos participantes, cierto
argumento (el pizzero que llega, el policía que pregunta, el
fontanero con su llave al hombro), así como con sonidos y caras de
que gozan lo que hacen. Y estos cortos tienen mucho de eso, un
lenguaje totalmente fetichista. Muchos trabajos más serios, por
decirlo así, más elaborados, pecan de ese defecto. No parecen
entender que se quiere ver pero también escuchar... Y si se
escuchara en español sería todavía mejor.
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