AUTO DESCUBRIMIENTO...
Por
disidente le detuvieron, incomunicaron y rompieron. Ya le cuesta
recordar cómo era antes, libre, altivo, confiado, feliz con su
novia, hablando lo que pensaba. Ahora, encogido en su jaula, le
sonríe a sus captores, aquellos que se muestran menos crueles, para
hacérseles simpático y que le cuiden... aunque le traten de zorra y
sólo le busquen para gozar un rato vaciando sus bolas. Y accedía,
olvidada en esos momentos su otra vida, la de joven heterosexual
ahora devenido en ardientes agujeros para esos carajos tan soberbios.
¿Trabajado mentalmente?, no lo sabe pero gime y “su vulva” late
cuando es ocupada por la ruda y agresiva virilidad del joven
semental. Ese era su destino, serviles, a él y los otros que de
repente le traían un trozo de pan o, en un tarro ancho, agua que
debía tomar de sus pitos cuando los hundían en ella, tiesos, y de
allí sorbía. Al menos le tocaban los menos malos, no como a otros,
que ya trabajados debían desfilar a sus celdas todo expuestos, para
que prisioneros y captores les miren y sepan lo que les han hecho.
¿Algo bueno qué decir en este caso?, que hay quienes disfrutan de
su trabajo.
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