AUTO DESCUBRIMIENTO...
No,
no era justo. Que fuera un atleta profesional, conocido don juan, un
macho alfa, un triunfador que en una noche de copas accediera a
metérsela por el culo a su mejor amigo y colega, este medio maricón
como decían todo, y que le gustara tanto que debía volver y volver
aunque no deseaba que se supiera, a pesar de que el otro alegara que
no podía vivir así, escondiéndose, que merecía estar con alguien
que no se avergonzara de él, no era razón suficiente para que al
fallarle otra vez en otra cita, para que lo fotografiaran con unas
nenas, este se negara a atenderle luego el teléfono, a hablarle o a
verle. ¿Y ahora cambiaba la cerradura? ¡Que cabrón! ¿Tenía o no
razón para molestarse al pillarle con ese reporterillo deportivo, el
cual sí quería darle su lugar? Bien, ciertamente no podía
molestarse ni sorprenderse tanto de que una puta alegre y cachonda se
comportara como una puta alegre y cachonda, siempre hambriento de
chupar vergas y con un culo más travieso todavía, el cual podía
tragar la morcilla que fuera, ¿pero acaso olvidaba los buenos
momentos juntos? ¿No contaba que todavía lo buscara?
La
sangre no llega al río porque caliente como se puso fue más de lo
que los maricones resisten, así que le atienden. Pero no quiere a
nadie cerca de su catire, ¡ese es sólo para él! Sin que nadie se
entere, se entiende. O eso espera, que el otro lo acepte.
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