jueves, 6 de junio de 2019

INFLUENCIA

DEJANDOSE LLEVAR

   Tanta testosterona mareaba...

   Saliva viéndoles flexionar sus cuerpos, exhibirse orgullosos en sus hilos dentales, tan sonreídos y creídos, queriendo impresionar a los otros pero también impresionados con esos cuerpos. Todos tan juntos, exhalando calorones, frotándose e intercambiando sudores. Joder, era el mejor trabajo de verano que habría podido desear, se dice el flaco chico de anteojos, estudiante de Psicología en la universidad cercana, caliente y duro bajo sus holgadas ropas. Todavía no podía creer su suerte cuando fue buscando empleo y vio a esos tíos mazacotudos, bellos y viriles sin camisas y en largo aunque ajustados shorts, estos riéndose al verle tan alfeñique, cada uno de ellos flexionando brazos, espaldas o muslos para que notara sus músculos. Él halagándolos, diciendo que se veía regios. Eso les hizo reír más y preguntarle si era marica (lo era), cosa que negó, que tan sólo disfrutaba del hermosos espectáculo de recios machos jóvenes y saludables. Eso los complació y le contrataron porque eran medio tontos, pronto se dio cuenta.

   No fue difícil convencerles de que mientras menos vistieran en sus rutinas más músculos desarrollarían y más clientes atraerían, ya que todos notarían lo grandes que estaban. También les animó a exhibirse unos a los otros, a tocar los músculos ajenos, a conversar sobre rutinas mientras compartían duchas y enjabonadas. Ofrecerse a darles masajes les extrañó un poco, pero les dijo que era mejor para que salieran aliviados, dispuestos a ir a citas donde las nenas verían sus tangas sobre sus impresionantes cuerpos y no andarían adoloridos. Convencerles de dejarle bajar sus tangas o de recorrer sus pectorales, abdómenes, piernas y culos con aceites fue igual de fácil desde este punto. Le estaba llevando un poco más de tiempo a que se acostumbraran a separar las piernas y dejar que metiera la lengua en sus rajas, pero sabía que triunfaría, ahora tan sólo debía pensar en alguna tonta excusa para el dedo lubricado.

   Pronto esa pila de maricas musculosos serían suyo.

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