¿Lo
más siniestro?, el lago. Los lagos en general.
El tercer episodio de la primera temporada de Supernatural nos muestra una constante a lo largo del programa: que Dean adora a las mujeres en general, y al inicio a las meseras en particular (esa sonrisa a la joven fue increíble, ¿qué no haría uno teniendo esa cara en unos carnavales en la isla de Margarita?), lo que más tarde será un elemento constante de todos los fics, antes de que el programa se volviera tan oscuro. También las leves discusiones con Sam, por ello, por mujeres, porque uno se conserva fiel a una memoria y el otro cree que un clavo saca otro clavo. Igualmente notamos que los hermanos parece que nunca han discutido sobre lo que pasó la noche que Mary Winchester murió, qué pensó y sintió Dean a los cuatro años, y eso, como que Dean ame a las mamis pero no tanto a sus niños, extraña un poco, porque fue él quien cuidó la cuna de Sam desde esa noche. Por cierto, que como se verá luego, los niños siempre terminan confiando en el mayor de los hermanos.
También siguen esos detalles que imagino crearon el fandom sobre el Wincest, que investigan algo frente a un monitor y están prácticamente uno sobre el otro. Igualmente esas bromas entre ellos, como esa de quién eres y qué hiciste con mi hermano. Me encantaba esa chaqueta negra de Dean, nunca se la quitaba... Ahora bien, el caso de la semana no fue muy bien aprovechado. Aclaro algo que sostenía en otro espacio, Supernatural no tiene malos capítulos, no hay uno que no haya visto varias veces (vaaaaarias veces), sino unos más intensos que otros. Y este fue algo menos intenso, comparado con los dos primeros.
La idea era muy buena, un enorme y siniestro lago oculta una amenaza que comienza por llevarse a una linda muchacha. Y aclaro que me parece que todos los lagos son siniestros. Según los muestran en cine y televisión, aparentemente hay una gran cantidad de ellos donde se ha ahogado mucha gente que nunca ha aparecido, ¿quién puede nadar tranquilo con eso en mente? Después del deslave del estado Vargas, en Venezuela, en el año 1999, ni siquiera iba porque me parecía que si uno se metía a la playa podía encontrar bajo la arena a un desaparecido. Un muerto “agarrándote” el pie, pues.
El tercer episodio de la primera temporada de Supernatural nos muestra una constante a lo largo del programa: que Dean adora a las mujeres en general, y al inicio a las meseras en particular (esa sonrisa a la joven fue increíble, ¿qué no haría uno teniendo esa cara en unos carnavales en la isla de Margarita?), lo que más tarde será un elemento constante de todos los fics, antes de que el programa se volviera tan oscuro. También las leves discusiones con Sam, por ello, por mujeres, porque uno se conserva fiel a una memoria y el otro cree que un clavo saca otro clavo. Igualmente notamos que los hermanos parece que nunca han discutido sobre lo que pasó la noche que Mary Winchester murió, qué pensó y sintió Dean a los cuatro años, y eso, como que Dean ame a las mamis pero no tanto a sus niños, extraña un poco, porque fue él quien cuidó la cuna de Sam desde esa noche. Por cierto, que como se verá luego, los niños siempre terminan confiando en el mayor de los hermanos.
También siguen esos detalles que imagino crearon el fandom sobre el Wincest, que investigan algo frente a un monitor y están prácticamente uno sobre el otro. Igualmente esas bromas entre ellos, como esa de quién eres y qué hiciste con mi hermano. Me encantaba esa chaqueta negra de Dean, nunca se la quitaba... Ahora bien, el caso de la semana no fue muy bien aprovechado. Aclaro algo que sostenía en otro espacio, Supernatural no tiene malos capítulos, no hay uno que no haya visto varias veces (vaaaaarias veces), sino unos más intensos que otros. Y este fue algo menos intenso, comparado con los dos primeros.
La idea era muy buena, un enorme y siniestro lago oculta una amenaza que comienza por llevarse a una linda muchacha. Y aclaro que me parece que todos los lagos son siniestros. Según los muestran en cine y televisión, aparentemente hay una gran cantidad de ellos donde se ha ahogado mucha gente que nunca ha aparecido, ¿quién puede nadar tranquilo con eso en mente? Después del deslave del estado Vargas, en Venezuela, en el año 1999, ni siquiera iba porque me parecía que si uno se metía a la playa podía encontrar bajo la arena a un desaparecido. Un muerto “agarrándote” el pie, pues.
Bien,
comenzando hay una toma vista de lejos de la joven arrojándose al
lago, daba la sensación de que era mirada, pero también era poco
bonito el conjunto del agua y los bosques rodeando esa gran masa
oscura de agua (o me parecía a mí, a lo mejor hay quien lo encontró
bonito), pero llegaron hasta ahí; aquí, como en el resto del
programa, las muertes fueron... decepcionantes.
Fueron
muertes muy bruscas, más rápidas que tenebrosas (y el programa se
llama Sobrenatural, en su traducción). Al principio se entiende que
no quieran explicar de qué se trata para crear tensión, no sabemos
si es un monstruo o algo así (el de la Laguna Negra, por ejemplo; o
una piraña prehistórica revivida), pero por no dar detalles, por
guardarse tanto, le restaron impacto a las escenas. Imaginen a esa
bella chica nadando en toda es inmensidad rodeándola, y que algo se
acerque bajo ella, acechando como Tiburón, viendo sus piernas, la
superficie del agua, el brillo del sol, algo que alarga unas zarpas y
la atrapa por los tobillos, sumergiéndola. ¿Puede haber algo más
feo que verla debatirse inútilmente mientras se insinúa algo atroz?
El chico en el lavaplatos fue un buen detalle, la amenaza puede
alcanzarte donde sea, y lo inevitable de verle atrapado bajo el agua
fue bueno, pero faltó un detalle, una mano oscura que le atrapara
por un segundo, halándole. Eso habría sido mucho mejor.
El
villano de la semana era un fantasma, uno vengativo y furioso. A
diferencia de la Dama de Blanco en el piloto, que castigaba al que se
le cruzaba por el camino, este buscaba específicamente a quienes le
dañaron, y a sus descendientes para causarles más dolor a sus
enemigos antes de matarles. La historia del chico atormentado por
unos compañeros de clases, ahogado y desechado en el lago fue buena,
pero una pequeña recreación de ello habría dado profundidad y
dramatismo. Ver el hecho, notar el miedo de los culpables, las ganas
de ocultarlo todo.
Como
buen programa de terror, donde la gente no pudo continuar ante el
zarpazo del destino, encontramos a la mamá que todavía espera saber
qué pasó con su muchacho, atesorando sus recuerdos. La resolución
es que este reclame su venganza. A decir verdad el fantasma no es
vencido, este para cuando obtiene lo que quiere y parece darse por
satisfecho. Lo que sí hacen Sam y especialmente Dean es rescatar al
niño que se ahogaba.
Me
gustó mucho la primera vez que lo vi, todas las otras también.
Ahora, visto hacia atrás, la crudeza en el ataque de las criaturas
sobrenaturales que llegaría luego, este episodio se vio muy ligero.
Faltó explotar el suspenso. Lo que si es que ya conocemos un nuevo
tipo de fantasma, el que no puede seguir porque está lleno de ira
por lo que le hicieron. Hay algo de justicia en eso.
Me
tocó partir el video en dos porque sobrepasó en peso el límite de
Blogger.
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