LA IGLESIA Y SUS APUROS DOCTRINALES
...¿Que
tanto gustan?
Pixar
debe estar frotándose las manos con avarienta felicidad, en su fin
de semana de estreno la cuarta entrega de la zaga de los juguetes ha
recaudado, nada más que Estados Unidos y Canadá, la friolera de
¡118 millones de dólares!, aunque aún así la empresa esperaba que
le fuera todavía mejor. Pero, caramba, comparándolo con el estreno
de la nueva versión de Chucky (lo amo, ¿pero a quién se le
ocurre?), que apenas arañó 15 millones, la cosa parece buena. Las
críticas han sido todas positivas, lo que garantiza que se mantenga
en cartelera por bastante tiempo, como pasa con Aladdin, de Will
Smith, que aunque lleva 5 semanas al aire recaudó más que el muñeco
diabólico. Y hay que reconocer, que aún un adulto como yo, disfruta
una barbaridad la historia del vaquero neurótico y el astronauta
necio (no sabía que Tom Hanks le daba la voz al primero y Tim Allen
al segundo), son increíblemente buenas en sus argumentos. Me
gustaron todas, pero en la tercera me quedé con la boca abierta ante
ese villano terrible que estaba a la par de Lord Vader y el Doctor
Lecter, Lotso, el osito. No me extraña que todo el mundo quiera
verla, la promoción con el gato espachurrando a un muñeco,
dejándoles ver a los otros lo que tienen por dentro, fue hilarante.
Aunque terrible. ¿La verdad?, quiero ir a verla. Ya voy a inventar
que voy a llevar a los sobrinos.
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