AUTO DESCUBRIMIENTO...
Una
vez, tan sólo basta que te ocurra una sola vez para que todos asuman
que vas a repetir, con “todos ellos”, piensa el hombre mirándole
el culote a ese muchachote guapo, uno que se le ofrecía de manera
descarada. Algo que debería casi ofenderle, molestarle, ¡pero qué
culo! Al joven se le notaba orgulloso de él, lo exhibía con
vanidad, lo usaba como hace cualquier chico sano que busca diversión,
prometiéndolo con su órgano sexual principal. Ocurre que en una
tarde de aburrimiento, escuchando gemir a una estrella del equipo de
fútbol del campus, bajo sus manos, se dejó llevar, follándolo,
disfrutándolo para sorpresa suya; para encontrarse con que otros
llegaron con directas o indirectas proposiciones (aparentemente ese
atleta alfa, de cara a la comunidad, le había contado a todos lo
bien que se sentía estar sobre “una polla de verdad”). Es en
serio que quiere resistir, es un sujeto serio, comprometido con su
trabajo y su familia, pero esos muchachos calientabraguetas no
dejaban ni pensar.
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