lunes, 1 de julio de 2019

CAMPAÑA ARRIESGADA

JUERGA
   Eso vivía lleno, pero...
   Cuando aquella disco sin reglas se anunció como lugar para ositos y chicos, de ambos sexo, lampiños, el jefe de seguridad comenzó con su particular campaña de vestimenta para demostrar que todo valía. Era rudo, directo y mal hablado; si notaba que alguien le miraba, sacándose el puro de la boca, le preguntaba: “¿Qué, te gusté?, ¿quieres tocar o meter la cara para que me pueda sentar?”. Y lo hacía mientras se separaba las mejillas con las manos. Cosa que funcionaba, el club vivía lleno, el hombre era la estrella. El problema era que, a cada rato, un chico o varios de ellos intentaban violentar la seguridad, metérsele a la brava, pero él terminaba controlándolos, aplastándolos con su cuerpo, montado a hojarascas sobre sus caderas y estos quedaban como paralizados.  

MARGINADO

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