ZAPE GATO CON ESO
Sin
ellas, ¿qué seríamos?
En
los viejos tiempos, cuando éramos felices pero vivíamos quejándonos
sin saberlo (que éramos felices, que nos quejábamos si lo sabíamos,
y cómo molestábamos), cada primero de diciembre, en casa de mis
padres, nos reuníamos para tomar sopa. Bueno, era una excusa para
beber cervezas y otras bebidas no tan espirituosas, aunque alegraban
la vida de una manera cuasi mágica, y amigos y conocidos se
acercaban a compartir, a comer, y cada quien cargaba con sus cajitas
de frías. Era una tradición. Algo decadente, claro, porque dependía
del capitalismo. Por suerte el socialismo, sembrando miseria, nos
salvó de eso (cosa rara, no me hace feliz; todavía no veo el
encanto del hambre). Pero, como sea, en la red, un amigo subió esto
en su facebook, y me hizo reir mucho. Agregaba: “EL CASTILLO DE UN
HOMBRE. Su casa, sus reglas. Eso se respeta”. Qué inventiva, ¿n0?
La de la imagen. Creo que me hace falta un letrero así para mi casa,
para que las cosas queden bien claras.
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