ODIO A LO RUTINARIO
No
hay peor castigo que pagar por algo mal hecho...
-No,
no puedo hacer esto. En serio, señor Gómez. -jadea el hombre, con
el corazón temblándole en el pecho, rabioso, pero también
asustado.- ¡Soy un macho! Mi mujer y mis hijos...
-¡Cállate!
-ruge estremeciéndole por lo tajante y violento tras el tono. Odia
que le altere así.- Me importa un carajo saber que tienes mujeres
por ahí, que tiene una buena verga de la cual estás orgulloso y que
repartes entre las clientas cuando deberías estar trabajando en los
motores de mi maldita flotilla de limusinas. Lo que me interesa es tu
vagina caliente, puta.
-Pero
señor... -enrojece feo, mirando a los otros dos sujetos que llegaron
con el alto y algo llenito ejecutivo, un tipo de cabello negro y ojos
coléricos.
-Acordamos
tú y yo que me obedecerías si no decía nada sobre eso, si no
sacaba de este taller de mierda mis autos, para que tus jefes no lo
supieran y toda esta porquería se arruinara y no tuvieras ni
frijoles mágicos para llevar a tu casa. Que tu culo peludo sería
mío para usarlo a mi manera, para llenarlo las veces que quisiera y
cómo deseara. Ahora deseo que mis socios y amigos también te
follen, duro y fondo, uno por la boca, otro por el culo, luego
cambiando y cogerte finalmente yo cuando sus leches chorreen de tu
concha caliente. -ruge con una sonrisa torcida y los puños
apretados.
-Pero,
señor... -gimotea, aterrado por la escena descrita. Dios, ¿cómo se
metió en ese peo? ¿Quién hubiera jurado que el hasta entonces
amable y paciente sujeto, que entendía que no arreglara las
alineaciones mientras se follaba a una que otra ama de casa luego le
saliera con eso?- No es fácil para mí soportar que un hombre me...
Me... ¡No digamos ya tres!
-Me
sabe a casabe, conoces tus obligaciones. Vengo por lo que me
pertenece, a lo que tengo derecho: tu culo peludo. Uno que amasa y
abraza sabroso mi verga cuando te la clavo. Un culo que más bien
parece un chocho. Por las próximas dos horas, nuestro tiempo de
almuerzo en la concesionaria, serás nuestra perra designada. Y es
mejor que lo hagas bien, que nos saques la leche dándonos mucho
placer o te juro que vendré esta tarde y le contaré todo a tu jefe
y a tus siete compañeros. Tal vez no te bote porque también le
debes, pero imagina a todos esos carajos gozándose tu coño.
-Pe...
pero... -enrojece feo, temblando visiblemente.
-Nada
de peros, bájate esa mierda, vuélvete y menea para nosotros tu sexo,
separándote las mejillas con las manos. Excítanos, o más, porque
sabes que tu vagina me encanta. Pero debes calentar a mis socios,
hazlos desear llenarte con sus vergas. Suplícales amor, ruégales
que te permitan servirles. ¡Vamos! -trona abriéndose la bragueta
dentro del caro pantalón de sastre, sacándose una verga blanco
rojiza, ya gorda y goteante.
-Si,
señor... -brama débil, temblando a esas alturas no sabiendo
exactamente ni por qué, dejando caer la braga de trabajo y mirando a
los otros.- Por favor, señores, ¿me dejan chupar sus güevos?
-Diles
qué quieres. -exige el tipo mientras los otros ríen, disfrutando
verle humillado, roto en su hombría, atrapado por su pereza y
sinvergüenzura. El tolete le pulsa y suelta una gota cuando el otro
enrojece mucho, traga en seco y los ojos casi le lloran.
-Quiero
chupar sus vergas, las quiero en mi culo. -jadea derrotado.
-¿QUÉ
DIJISTE?
-¡QUIERO
CHUPAR SUS VERGAS Y SENTIRLAS LLENANDO MI CULO! -grita desesperado.
-¿TU
CULO?
-¡MI
VAGINA! ¡QUIERO QUE LLENEN MI VAGINA DE VERGAS Y LECHE! -grita
desesperado.
-Bien,
puto, lo has logrado. Da la vuelta, agáchate en cuatro. Te ves todo
atormentado y lloroso, maricón, pero estoy seguro que en cuanto
estas buenas vergas comiencen a estirar tu sensible y apretado coño
te pondrás de ánimo para asistir más tarde, esta noche, a una
reunión en mi empresa. Es una fiesta de premiación por ventas y la
animarás. Allí sí que conocerás hombres de verdad...
¡Hola, amigo! Este pequeño cuento me recuerda a la historia "El Dilema", cuando Franco chantajeaba a Daniel. Je, je
ResponderBorrarHablando de historias del pasado, te he enviado un nuevo correo.
Todo se puede en esta vida, o no amigo Julio ?
Borrar