miércoles, 3 de julio de 2019

INSENSATECES

NECESITADO DE DISCIPLINA

   ¿Acaso no presienten el peligro?
   La mujer grita en su silla, con la boca y ojos muy abiertos, casi abanicándose con las manos en una cuasi parodia de sorpresa los “mi marido, mi marido, ¿pero qué le hacen a mi marido?”, mientras las amigas ríen, aplauden, palmotean y le dicen que van a preñarlo. ¿A qué mujer se le ocurre llevar al marido, casi obligado, a una despedida de solteras para ver streepers masculinos bien dotados, en la idea de parecer mandona y moderna? ¿Acaso no saben que maridos sometidos, con dos cervecita encima, y ante la vista de una buena polla se desatan? Bien, no puede negarse, piensa ella en un punto oscuro, que es excitante verle tan ansioso, jadeante, gimiendo por más en su boca. ¿Chillaría igual o más cuando le reventaran el culo? Era cosa de mirar y no sólo de adivinar, así que se suma al coro de: “Cógelo, cógelo a fondo”. 

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