Si
le hacía falta...
Todos
temían al nuevo capitán del equipo de fútbol, quien para mantener
el orden, la buena conducta deportiva de vista a los patrocinadores y
la comunidad, había comenzado la costumbre de dar azotes en el
trasero a los mal portados. A solas en los vestuarios, él sentado,
con las piernas abiertas, y el infractor sobre sus rodillas, de culo
al aire. Y le daba hasta que ambos estaban bañados de sudor y esas
nalgas echaban candela. Como tenía que reprender a tantos, que
parecían no aprender, comenzó a hacerlo en público, frente a los
demás. Que se animaban a ver pero que no querían que se los
hicieran, aunque ya hubieran recibido, en privado, dos o tres tundas.
Muy merecidas. Todos eran discretos excepto Andrés, quien vivía
dando motivos para disciplinarle. Frente a todos, donde fuera. Era
como si disfrutara el momento que vivía sobre esas piernas, con el
culo pelado, a la vista de todos que le clavaban las miradas mientras
la ancha y firme mano iba y venía, nalgueándole. Lo que para el
capi, que salía con la hermana de Andrés, debía ser medio
complicado...
Que lastima que este blog no lo continueran fue uno de los primrros q leí. Desde antes cuando tenian el anterior ( q les cerraron).
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