jueves, 11 de julio de 2019

PERRAS DOLENCIAS

LA IGLESIA Y SUS APUROS DOCTRINALES

   No te digo...
   En estos día hubo una pequeña crisis en casa de mi madre, el perrito que tiene, una monura, andaba irritable, gruñón, y llegó al extremo de morder a una de mis sobrinas. El animalejo parece resentir que a mi señora madre le regalaran otro perrito. Más pequeño y más mono. Anda celoso, pues. Y tal vez darle con una chola no fue lo más acertado. Pero, es que parece, que está demostrado, que estos fieles animales pueden sentir profundas emociones, como celos y depresión. Y que estos se motivan en la misma fuente: sus amos. Un perro acostumbrado a recibir sonrisas, palabras cariñosas, caricias y atención cuando se le alimenta, al que se saca a pasear, no entiende cuando un día se le ignora, se le espanta con disgusto o se le grita sin razón. Lo que enfurece a los más jóvenes, como el animalito en casa, y causa tristeza en los más adultos, que saben procesar mejor. Dígame qué sentirá un perro que, sin una razón, de pronto es encadenado o azotado. O abandonado. “Vamos, campeón, sube, sube”, y dejado en un monte. Personalmente no tengo mascotas, ya bastante tengo cuidando de mí, pero es como una maldad tratarlos así. A los perros. Si buscara mascota me decidiría por un gato que se cuidara solo, incluso buscar qué comer y que no se preñara; como se ve, los perros han resultado animales demasiado complejos. 

CAMBIADOS AL NACER

No hay comentarios.:

Publicar un comentario