CAMBIO
¿Sorpresa...?
Si, algo de eso se notaba en sus rasgos mientras deja escapar un gemido bajo, como de alivio, como cuando cae agua fría en una quemada, al tiempo que, centímetro a centímetro, va enterrándosele. No es la follada en sí lo que puede explicarlo, aunque en mucho de ello tiene que ver el que le gusta, que aquella sensación física realmente le encanta mientras lo abre y lo llena, caliente y pulsante. Era por estar bajo su mejor amigo de toda la vida; era porque aquello se lo hacía su panita del alma, un sujeto tan heterosexual y macho como lo era él mismo... hasta hace unos quince minutos atrás.
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