jueves, 13 de junio de 2019

CAMBIO

   A veces ocurre a simple vista, notándosele en la cara...
   Una de las cosas que todo hombre disfruta, más allá de tenerla bien metida en la boca de ese pana, conocido, compañero de trabajo, vecino o desconocido con pinta de macho que le sorprende con el deseo de tomarla contra todo pronóstico, es notar cómo comienza. Al principio parecen no poder, que se rinden, pero persisten hasta que lo logran, y así cubren y chupan con ganas. Pero es más que eso, no es simplemente notar que ya es capaz de chapalear con sus labios sobre la tranca, que cuando los pega del pubis ya parece una vagina con experiencia en aquello, sino que él mismo se transforma. No hay que decirle nada, va y viene con su propio ritmo, toca, besa y lame, jadea con la boca muy abierta para recibir carga tras carga, ama cuando le baña la cara, de donde la toma con sus dedos y chupa goloso, pasándose luego el dorso de la mano y saliendo a reunirse con otros, apestando a eso. Cualquier tipo disfruta el comprobar que cuanto más le da de comer y beber, ese otro más busca repetir el encuentro y el tratamiento, estableciendo una conexión secreta entre tíos difícil de romper. 

ESE MOMENTO...

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