BOTON
Comenzó
como un simple juego...
...El
empujarle el dedo, una y otra vez, metiendo un poco de tela,
recorriendo ese espacio entre las nalgas, sobre ella. “Deja, deja
la vaina”, gruñía una y otra vez su mejor amigo, buscando algo
que no parecía terminar de encontrar, al tiempo que se mantenía
allí, sin apartarse... Algo le decía claramente que aquello
intrigaba y encendía al otro, casi tanto como a su tolete que
comienza a erectarse e interesarse más por temas tales como:
¿sentiría algo especial si un culo, ese culo amigo, caía sobre su
pulgar y lo exprimía mientras este se retorcía y gemía?
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