miércoles, 16 de octubre de 2019

DESAGRADABLE

BOTON

   Siempre igual...

   Aprieta los puños y endurece el rostro mientras se acerca a los vestuarios, Sanders no había salido con el resto y sabía lo que encontraría. Claro que, a pesar de todo, siempre era un shock ver al atlético y fornido capitán del equipo, de culo grande, como en éxtasis sobre el banco, con la cara enterrada en algunos suspensorios usados, subiendo y bajando el ávido agujero sobre esa vaina de gruesa goma que abría y le llenaba unas entrañas que, según él, con un deje fatuo en el rostro, eran vírgenes; que contrario a lo que se creía ningún falo, de carne y sangre caliente, lo había penetrado. Joder, ¿por qué coño tenía que hacer esas cosas allí? ¿Acaso no sabía que si admitía al fin que era una enorme perra maluca ellos le darían todas las vergas que quisiera? Era tan... egoístamente idiota que enfermaba.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario