NECESITADO DE DISCIPLINA
Cada
quien con la suya... según la tenga dura.
No se cuestiona nada, como el estar allí con ese tipo desagradable; cuando se estaba caliente cualquiera servía. Mientras no entraran en juego los sentimientos. Y allí no entraban, ni de lejos; era tan sólo una calentura que no le dejaba quieto. Notaba que el otro lo resentía un poco, y eso le provocaba una extraña alegría malsana. Saber que le asigna un papel en el mundo. Era sacarlo, usarlo y quedar satisfecho, en medio del eterno susto a ser pillados, teniendo que ir de aquí para allá para terminar. Todo eso que aumentaba la emoción de un hombre que adora mamar vergas y que por el culo se las metan... Quiera o no pensar en ello el tío heterosexual pero caliente al que recurre en esos momentos.
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