lunes, 23 de septiembre de 2019

THABO

QALANG

   “Hey, capi, vengo por su torpedo”, sonríe el chico mientras el resto desembarca. El hombre cuarentón de enorme bigote se ve complacido; siempre era agradable enterrar su grueso y largo torpedo, caliente y nervudo, en la dulce, sedosa y apretada vaina de uno de los chicos cuyas caritas enrojecían mientra gemían emocionados...
   -Amigo, está bien que quieras un cambio sexual y que con mi verga te esté reorganizando las entrañas, que lo que ayer era culo hoy sea una vagina mojada, pero, joder, tu mujer está afuera y soy un invitado de tu casa. -se queja un poco avergonzado.- No, no digo que paremos, me gusta tanto metértela como a ti sentirte maricón, pero...
   Vamos, amigo, deja tu vergüenza, ese pudor que te paraliza; si te dice desnúdate aquí y ahora que va a follarte, entiende que te hace un favor. Es un hombre acostumbrado a tener a otros de rodillas, temblando y rogando por su grueso y largo encanto, y ahora quiere clavártelo. Agradécele a la vida e intenta no ver a las otras personas por allí pasando.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario