jueves, 24 de octubre de 2019

APRENDIENDO LA LECCION

FORMACION
   Lo cogieron... desprevenido.
 
   Aunque le advirtieron que no fuera solo, y mucho menos sin avisar a qué propiedad exactamente, el chico se metió en la vieja casa abandonada a hacer algunas reparaciones ahora que el banco iba a recuperarla. No sintió, escuchó o presintió nada hasta que la sombra le cubriera y una mano grande y ruda tapara su boca, alzándole en peso con facilidad aunque no era un tío pequeño. Forcejeó y luchó pero escuchando aquella risita supo que no podría soltarse. Olio el aguardiente en el aliento del otro antes de que su nariz también fuera cubierta y después de largos segundos se mareó y perdió la conciencia.
 
   Fue la caricia sobre su torso lo que le despertara, aunque atado a la colchoneta y los ojos cubiertos, no viendo nada. Pero se asustó porque esas manos lo recorrían con maldad, con propiedad, deseo y lujuria. Ruge que le suelte, pide ayuda con roncos gritos.
 
   -Lo siento, chico, pensaba darte un susto y robarte las ropas, no es una vida fácil ésta de rodar en las calles, pero te encontré usando esa tanguita y supe que querías divertirte.
 
   -No, no, déjeme...
 
   -Si, un chico sólo sale con esas pantaleticas tan sensuales cuando desea calentar hombres, jejeje... -las callosas manos toman sus caderas, atrapando las tiritas de la prenda interior.- Y nos calientan para que nos ocupemos de sus coños húmedos, calientes y apretados. Y voy a ocuparme del tuyo... todo el fin de semana, jejeje... -el chico grita cuando siente unos labios resecos y agrietados depositando besos en los lugares de su anatomía de donde sale la tanga.- ¿No te molesta que llame a unos amigos, verdad? La pasamos tan mal que merecemos algo de diversión, ¿no te parece? Y deja de gritar o esa boquita...

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