CAMBIO
O
pragmatismo.
Siente
una rabia súbita al entrar y encontrarle allí, arrodillado en el
sofá mientras el compadre le cepilla la pepa del culo con
movimientos bruscos, energéticos, profundos, dándole la culeada que
él, su marido, no le daba a ella. Piensa gritarles, reclamarles,
pero tan sólo puede mirarle, notar su sonrisa mientras esos dedos se
enredan en su sedoso cabello, halando con propiedad, con pasión.
Notando su expresión de dicha total mientras la gorda polla entra,
abre y llena sus entrañas. No, no podía interrumpirles, se dice
agitada, retrocediendo y saliendo silenciosamente. Nunca le había
visto tan realizado, tan vivo. Tan feliz como cuando ese carajo le
penetraba con tal necesidad. No tuvo corazón para arruinarle el
momento. Pera ya vería, esto le saldría caro. ¡Mínimo un nuevo
carro!
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