miércoles, 16 de octubre de 2019

SES

EEN
   -Tranquilo, sé por qué siempre te pones tan cerca. El olor a macho, la estampa te lo moja y alborota, ¿eh? -le guiña un ojo.- Sígueme luego y te lo acomodo.

Era cierto lo que le dijo su hermana, unas bonitas pantaletas para que los chicos miraran, y la diversión nunca acaba en los sanitarios, en los bares de marineros o en el Metro.

¡Maricón!, le dice con la mirada; “es esto lo que quieres, ¿verdad? Lo único con lo que sueñas, metérmela hondo y duro por el culo. Lo sé, cabrón. Vamos, atrévete a pedírmelo y verás”...
   Ningún carajo podía quitarle los ojos de encima cuando se cambiaba de ropas. ¿Sería cierto que en la lampiña entrada tenía tatuadas unas letras que decían “pollas insertar aquí”?

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