No
todo era por necesidad...
Presionado por la crisis, los problemas de hipotecas con el auto y la casa, una familia demandando recursos, buscó trabajo con el suegro, el mismo que siempre le trató de vago e inútil fracasado. Oh, sí, recuerda cuando el hombre con una sonrisa burlona le dijo que esperaba ese momento hace tiempo, que su hija buscó a un carajo bonito con pinta de macho pero que era un fraude. Que si, le daría trabajo, cubriría todos sus gastos, pero lo que necesitaba era una atractiva puta en la oficina. Una de concha caliente, con una bonita cara masculina, que le aliviara las tensiones del día. Rojo de rabia, ojos lagrimeando de humillación, se dejó desvirgar en el sofá de la oficina, mordiéndose los labios para contener los gritos sabiendo que afuera estaba el resto de sus compañeros. ¿Escucharían al maldito viejo cuando le decía que lo hacía bien, de manera natural, que su vagina atrapaba y halaba genial, que para nada parecía la primera vez? ¿Sabría alguien que le prometió convertirlo en una zorra obsesionada con vergas que ya nunca querría tocar a una hembra y tan sólo buscar machos? Viejo inútil, se dice casi satisfecho... ¡Había fracasado! No pudo llenar sus expectativas ni controlarlo, ahora, desesperado, seduce a todos los hombres de la empresa para ver si le calman esa urgencia despertada en sus apretadas y mojadas entrañas. A unos y otros, desesperado, se entrega (el suegro lo sabe), buscando a ese que, finalmente, le convierta en toda una satisfecha y orgullosa perra.
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