Un
tío así claro que marca su territorio...
-Sé
que queda poco tiempo para que lleguen, cabrón, todos nuestros
amigos ya deben estar por tocar y entrar por esa puerta, así que
apurate, tómala y chúpala. ¿Me la calientas con tus miradas
hambrientas y luego quieres que me quede quieto? -le reclama, aunque
su problema era otro, le parecía que el perro ese era muy amistoso
con el tío nuevo en el grupo. Algo que no soportaba.- Vas a calentar
y batir la leche, pero no vas a tomartela, la quiero cruzándote la
cara. Quiero que cuando lleguen te vean y huelan así; tú fingiendo
que no pasa nada, ellos callando y pretendiendo otro tanto. Pero lo
sabrán, amiguito. -agrega dominante, callando un “que eres sólo
mío”.
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