Toda
una sorpresa… Bueno, ni tanto.
Cuando
le dijeron que los tiempos cambiaban nunca esperó que fuera tanto,
que los chicos blancos andarían desesperados por montarse sobre una
buena verga negra, nervuda y nudosa que los llenara todo y les
hiciera delirar por horas. Pero ocurrió, ahora reconocían que la
represión a la raza se había debido a una cuestión de envidia,
aunque algunos de ellos, todo duros y tiesos por la emoción de
cabalgar sobre sus nuevos “dueños”, mostraran buenos atributos.
Que ya no significaban nada. Ahora aceptaban que lo único que
querían era aquello, mojarse a la vista de un apuesto chico negro
que les sonriera y les preguntara, jugando, ¿llevas pantaletas? Tan
sólo querían... Nunca imaginó que disfrutaría tanto el cambio de
paradigma, admite emocionado y hasta medio sonriente, pícaro,
recordando cuando llegara a esas residencias estudiantiles donde
había sido tan follado, y no siempre por el mismo chico, ¿acaso era
su papá quien entraba con ese negro gordito al cuarto de al lado?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario