Aunque
finge dormir, no engaña a nadie, aunque el otro tampoco dice nada.
Tan sólo toma la voluminosa oferta y la traga con ganas. Rápido,
antes de que despierte la cuñada.
Hay
veces cuando, especialmente si comparte habitación con un amigo, y
hasta con un desconocido, un marica siente que no puede controlarse
ni aguantarse, y se ofrece...
Da
gusto entrar de repente y encontrar al primo dándose placer,
gimiendo y masturbándose analmente soñando con tu pieza. “¿Te
ayudo?”, si, hay que ofrecerse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario