jueves, 11 de abril de 2019

DUYEM

YEKEMIN

   -Lo haces bien, aplicarme la loción... -dice sin mirarle, sonriendo.- Pero puedes hacerlo mejor que eso. Si, así... -jadea cuando la mano entra y un dedo aceitado se enfila.
   “Mierda, sí, así todo engrasado ya parece una vagina, mira cómo entran los dedos”, gruñe uno. “Y creo que se calienta como una también”, ríe otro. “¿Le damos?” propone un tercero.
   Musculosos y grandotes, en cuanto descubrían de la mano de un hombre el papel de hembras, todo lo que podían experimentar y gozar, se volvían las más perras... 

SEYEMIN

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