YEKEMIN
-Lo
haces bien, aplicarme la loción... -dice sin mirarle, sonriendo.-
Pero puedes hacerlo mejor que eso. Si, así... -jadea cuando la mano
entra y un dedo aceitado se enfila.
“Mierda,
sí, así todo engrasado ya parece una vagina, mira cómo entran los
dedos”, gruñe uno. “Y creo que se calienta como una también”,
ríe otro. “¿Le damos?” propone un tercero.
Musculosos
y grandotes, en cuanto descubrían de la mano de un hombre el papel
de hembras, todo lo que podían experimentar y gozar, se volvían las
más perras...
el tercero te parte la polla. me corro de gusto a ver ese culazo.
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