domingo, 7 de abril de 2019

LISTO PARA EL ESTABLO

FORMACION
   Otros dos y...

   El patrón no sabía el daño que le hizo a su muchacho cuando le ordenó a los vaqueros del rancho que lo vigilaran y controlaran, ya que no le gustaba trabajar pero sí que era parrandero y mujeriego. Este, aunque no quiso creerlo o aceptarlo, ni impedirlo a pesar de que gritó, amenazó y luchó, se encontró con que si trasnochaba le azotaban el culo, uno de ellos, bajándole el pantalón, frente a los otros que le animaban; si llegaba ebrio o era sorprendido emborrachándose la azotaina se la daban dos o tres, pasando de un regazo a otro, dando una mamada bajo la amenaza de si no obedecía le darían esa misma pela en la cantina del pueblo; y si salía con chicas le azotaban cinco a seis, mientras debía usar una de las pantaletas que hubiera dejado olvidada una de sus ex, antes de atender a un ganador esa noche que le mostraría lo que sentían las chicas cuando eran montadas y cabalgadas por un animoso garañón. Dos veces intentó escapar y después de los azotes, debió atender a varios de ellos, que de dos o tres, en la cama de su padre, le enseñaban su lugar, allá, en medio de la nada, en la alejada hacienda. No le fue mejor cuando logró que el Comisario acudiera a su llamado y este, con sus tres ayudantes, y mientras tomaba caña y tragaba barbacoa con los vaqueros, le esposó a un poste, sin pantalones, siendo azotado y penetrado en aquella improvisada fiesta. La esperanza era el regreso de su padre... quien se había tomado un año sabático rumbo al Tíbet y no se le esperaba el resto del año... estando a marzo.


   Pero algo debía estar asimilando, se dice confuso, desnudo en la cocina preparando sus platos, cuando les oye comentar, después de noches de pasión, que ya parecía toda una perra natural cuando los atendía... 

AUTO REGALO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario