Claro
que podría pasar.
¿Que
qué pensó aquel grupo de señoras de la iglesia reunidas para un
retiro espiritual, convocadas para unas charlas en aquel salón
cuando aparecieron esos tíos quitándose las ropas, por una
confusión del hotel en las animaciones?, imagínenselo. Su confusión
tan sólo puede compararse con lo que deben haber sentido los
bailarines exóticos, que habían reservado toda la noche después de
la presentación para pasarla allí porque se les dijo que animarian
una reunión de fraternidades masculinas de estudiantes, quienes
querían experimentar una noche loca y distinta, sabiendo que aunque
estos no dejaban nunca muy buenas propinas si que andaban siempre
bien cachondos y con las macanas listas, pero en lugar de sexo
salvaje se topan con las doñitas. Bien, al menos la damas tendrán
algo que recordar y contar en la confesiones antes de la Semana
Santa.
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