lunes, 1 de abril de 2019

SUPERNATURAL, ¿PARA SIEMPRE?

   Quince años y se hacen pocos...

   Se crea o no, Supernatural, la serie de televisión de los hermanos Winchester recorriendo Estados Unidos luchando contra lo macabro, ha sido renovada para su quinceava temporada. ¡La número 15! Sin importar cuanto lloriqueen quienes aseguran que debió terminarse en tal o cual temporada. Sigue y no porque use magia para mantenerse… aunque, es Supernatural, bien podría ser ¿no? Cuando lo leí en la prensa me reí una barbaridad. De los críticos de marras (si, los trato feo porque quieren que se cancele mi serie favorita, los muy róñicos), y porque, por un año más, podemos respirar tranquilos.
   Cada vez que el programa llega a su episodio quince o veinte de la temporada (y eso ocurre desde la quinta, hay que ver en la de nervios que hemos vivido), comienza la incertidumbre, ¿la renovarán?, ¿la cancelarán?, ¿será la última vez que veamos algo nuevo de Sam, Dean, Castiel y el Impala? Caramba, ya son catorce años, por la medida chiquita, de esos dos o tres personajes que siguen en la pelea. Buenos programas han terminado en menos tiempo (aunque otro siguen, como Doctor Who, aunque esos usan otro formato, uno muy ingenioso que viene desde el principio, el cambio del personaje). Este va a continuar, y las razones que esgrime la cadena son las mismas que anunciaron el año antepasado, cuando supimos que llegaba la catorce: la serie es longeva, si, pero mientras continúe con su base de audiencia, que es tan buena como la cantidad y calidad de sus fans, el programa seguirá hasta que Jensen Ackles y Jared Padalecki quieran. Lo mismo que se dice de NCIS, con Mark Harmon. Y eso que a Gibbs ahora si que se le nota la edad, a diferencia de Jensen, a quien los años sólo parecen mejorarle (¡es tan injusto!).
   El Canal Warner (CW, ahora, aunque eso suene como a sanitario), alega que la vida de los Winchester aún da para más, considerándola una de sus series estrella... a pesar de que la tratan a las patadas. Al menos en Venezuela es una porquería lo que hacen, la trasmiten el domingo (bien, el lunes en la madrugada), después de la una y media. Después de las aventuras del joven Sheldon Cooper y ese programa no me gusta para nada. Y sin repetirla entre semanas. !Como para que nadie la vea! Bien, al menos la mantienen. Soy uno de sus fieles, de ese grupo que muchos han catalogado de dementes por todo ese universo paralelo creado alrededor de la serie, especialmente con el llamado fandom, que es notorio en todo programa aunque en este se lleva todas las medallas. Aún hoy, muchos años después, siguen escribiéndose relatos sentimentales o eróticos sobre Sam y Dean (Wincests), Dean y Castiel (Destiel) o Jared y Jensen (Padackles) en la ficción.
   Soy de quienes ha disfrutado y rabiado viéndola desde el inicio, cuando parecían dos muchachitos y se embarcan para enfrentar a la mujer de blanco en la carretera, una leyenda urbana presente en todas las naciones; soy de los que se quedó con la boca abierta a finales de la temporada trece cuando nuestros heroes regresan de un mundo paralelo (muy parecido al presentado en la serie Angel, en su tiempo), desdiciendo todo lo ocurrido hasta ese entonces en el programa en dolorosas escenas que casi nos lastimaron (volvía todo el mundo); de esta temporada catorce lo más comentado era el regreso de un personaje mil veces esperado, y a quien nunca he apreciado mucho, John Winchester (justo cuando Mary estaba con Bobby, a quien siempre he visto como más papá de los hermanos que John).


   Cuando me reuno con la familia y tomamos algo, y reímos hablando de televisión, no comprenden mi fascinación con la serie (fuera de preguntar ¿y todavía dan esa vaina?), no entienden de qué hablo cuando les cuesto de Dean Winchester, mi personaje de televisión preferido, que venció y mató a una de las señoras del Infierno, Abaddon, a Hitler, revivido por nigromantes nazis, a Caín y al mismísimo Lucifer (qué capítulo, yo estaba físicamente agotado). Que fue el único que encaró, y le gustó, a Amara, la hermana poderosa y malgeniada de Dios. Sólo ante él, ella que asustaba a Chuck (Dios), bajaba el tono. ¿Y quién podría culparla? Esperaba yo mucho más de esos dos, ¿por qué no una escena de besos y cama? Pero arrugaron, los guionistas, mataron al tigre nombrando a la familia divina, y después le agarraron miedo al cuero.

   Ha sido toda una grata experiencia ver este video sobre las intros según las temporadas, recordando con especial afecto la de los ángeles en la cuarta temporada, las alas negras, cuando a la vida de Dean llega su ángel de la guarda, Castiel (qué momentos); ¿cómo olvidar la llegada de Lucifer, o el aceite negro de los leviatanes? ¡Y esas entradas especiales! El dueño del video hizo dos presentaciones entradas al programa que habrían quedado geniales. Si, Supernatural bien podría ser un programa de horror en lugar de ser de aventuras, fantasías y drama; en algunos episodios, por segundos, realmente logran aterrar pero a los dos minutos volvemos a los protagonistas y con ellos acaba el miedo. De las intros especiales para ciertos programas, me gustaron todas, aún la de los cazafantasmas, personajes que nunca fueron de mis favoritos. No les mentiré, esperaba que alguno muriera. Al menos uno. Amé la entrada en blanco y negro de la cuarta temporada, el especial sobre monstruos del cine, con esa música ominosa y el letrero de Bienvenidos a Pensilvania, por Transilvania, en honor de los viejos clásicos de horror de la Warner Bross. Uno de los pocos ligeros de una temporada dura que se iba al Infierno, literalmente, mientras los hermanos se enfrentaban.

   Odié, todo lo que se puede odiar, aquella donde actuaban como idiota al enfrentar al truquero, antes de que este se manifestara como realmente era, cuando los hermanos llevaban una vida de programa de televisión. Lo cierto es que me gusta lo chusco de algunos momentos, pero no tanto cuando los llevan al ridículo abiertamente. Y lo de la bicicleta para dos era francamente irritante. ¿Y el homenaje a los Expedientes Secretos X y el rapto de Dean? ¿Y la música y entrada del Gran Chaparral cuando viajan al lejano oeste y Dean tiene su duelo con el Fenix? ¿Y la boda de Sammy con su fan número uno? ¿Y el especial de los doscientos capítulos? Esos temas musicales pegaron duro.

   Si, el viaje ha sido largo, pero todavía espero ver más. 

NO, NO ERA PARA SIEMPRE...

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