viernes, 10 de mayo de 2019

ANTRA

PIRMAS

   Que todo sea para bien...

   No era por maldad o abuso que el enorme y musculoso sujeto terminó contra el suelo en los baños de la fábrica donde, dentro de poco, lo encontraran los compañeros de trabajo, el pie aplastándole, aquellos dedos jugando con su trasero. De vez en cuando había que recordarle a una perra que estaba bajo el pie de su macho. A veces lo olvidaba, como cuando le suplicó que no le obligara a mamarlo allí o le verían, aunque lo deseaba más que nada en el mundo, siendo retenido así, su hombre riendo diciéndole que era hora de que todos le supieran el sucio marica que era, al tiempo que azotaba con dos dedos su entrada, probándole los reflejos, sabiendo que su culo se abría y cerraba emocionado, que su respiración se espesaba y comenzaba a jadear y gemir suavemente, que los labios de su culo se separaban golosos. Ya estaba listo para ser tomado, se notaba; y aunque lo ignora, eso contemplan, sorprendidos y hasta escandalizado, sus fascinados compañeros de trabajo. 

TREČIAS

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